lunes, 14 de junio de 2010

En mis noches de otoño


Siento pasión,pasión por aquellos pasos,
que hoy proclamo como pasado del verbo caminar.
Me acomodo en esta noche de eterno otoño,
donde viejas hojas asoman de las ramas de mis años.
¡Y justo hoy las tengo que recordar!
¡Hoy que los árboles tienen el torso firme,
y pajarillos en los brazos que no ceden al cantar!
Tierra,cuanto yo daría por ser cielo,
o un acaramelado anelo en las pestañas de la mar,
cuanto por ser viento,interrumpiendo sufrido silencio,
o tan solo ser tiempo,
para sólo poder parar.

Rubén G.Barreiro

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