Café Gijón

Esos intelectuales,que eran unos miserables,me dijeron,
y había consenso:Oye,ese Krahe es un pesado y un monótono,
parece un predicador.El bueno eres tú,y yo no dije nada.
Dejé pasar media hora,una hora,y les invité a otros cafés
y a otros coñacs baratos,Veterano.Porque en el Gijón
por un Veterano te chupan la polla.Y entonces recité:
Tú que has tenido la rara fortuna de conocer/el corazón
a la luz de la luna de mi mujer./Tú que has sabido tomarle
el tranquillo/a esos abrazos,/más de una vez te adivino
en el brillo de sus ojazos,y acto seguido les pregunté
que de quién era.Uno juraba que era Garcilaso;otro,que aquello
sólo podía ser cosa de Quevedo,y yo disipé las dudas al grito de:
¡Es Krahe,hijos de puta!¡Leed y aprended algo!.

Porque asi ha de ser.

A veces vivir no parece tanto.
¿Quien soy yo?¿Que es eso que late?
Me sigue sonando raro escuchar,
sigo viendo olas en la sal,
y tengo cuervos en los hombros.
Estoy abandonando la cordura dulcemente.
¿Que fue del fanao sin padre,
del protegido despreocupado?
A cualquiera se le haría el estómago un nudo,
exactamente como el mio.
Y disculpen la melancolia,
escribo más durante la noche que durante el dia,
ya con los zapatos fuera
y los caballos trotando por trotar:
Nos veremos en Roma,nos veremos porque asi ha de ser.
Hace poco regresé de la mar,
y estoy bastante enajenado porque juró escribirme,
con sangre de su sangre,
pero hoy el viento no salpica mi cara.
El hambre hace al hombre y el pecho a la espalda,
el dedo al dedal,el sueño a las camas.
Poco a poco despierto de este lapsus que vive en mi,
que viene sin aviso,como una campanada sin rumbo,
pero que siempre trae algo consigo,hoy esto.
Y disculpen la melancolia,
escribo más durante la noche que durante el dia,
ya con los zapatos fuera
y los caballos trotando por trotar:
Nos veremos en Roma,nos veremos porque asi ha de ser.

Rubén G.Barreiro

El infierno

Me amoldo,como ese árbol a las estaciones.
¿Que es ese mágico silbido?
No hay más sordo que el mudo que pone la oreja.
Las ojeras hablan,y los ojos se vuelven cataratas
con hilos que cuelgan de ellos.
Vomito tacto y tiempo,
encierro en un frasco el grito,
y dejo correr en mi cuarto el silencio,
como a una puta asustada.
No hay cárceles,ni si quiera palabras de plomo,
se llenan los pulmones,estás vivo cuando te quedas perplejo
al cojer aire,la muerte nos va avisando a suspiros.
Tómate el pulso,observa tu palidez.

El hombre que hay dentro de mi

El hombre que hay dentro de mí hará casi cualquier cosa,
y como compensación pediría muy poquita cosa.
Hace falta una mujer como tú,
para llegar al hombre que hay dentro de mi.

Hay nubes de tormenta rugiendo furiosas junto a mi puerta,
pienso para mí que quizá no pueda soportarlo más.
Hace falta una mujer de tu categoría
para encontrar al hombre que hay dentro de mi.

Pero, oh, qué magnifica sensación
el simple hecho de saber que estás cerca,
hace que mi corazón se desenfrene,
de pies a cabeza.

El hombre que hay dentro de mí
se esconderá a veces para evitar ser visto,
pero sólo porque
no quiere convertirse en una máquina.
Hizo falta una mujer como tú
Para llegar al hombre que hay dentro de mí.