viernes, 6 de agosto de 2010
El infierno
Me amoldo,como ese árbol a las estaciones.
¿Que es ese mágico silbido?
No hay más sordo que el mudo que pone la oreja.
Las ojeras hablan,y los ojos se vuelven cataratas
con hilos que cuelgan de ellos.
Vomito tacto y tiempo,
encierro en un frasco el grito,
y dejo correr en mi cuarto el silencio,
como a una puta asustada.
No hay cárceles,ni si quiera palabras de plomo,
se llenan los pulmones,estás vivo cuando te quedas perplejo
al cojer aire,la muerte nos va avisando a suspiros.
Tómate el pulso,observa tu palidez.
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