jueves, 10 de julio de 2014

Conductismo


Tú me conoces.
Conoces al proyecto de miles de días en una carne,
Hecho un solo hombre.
Esculpido por un aparente cincel eterno,
que modificará mi cuerpo y aquello a lo que acusamos de alma, 
hasta que se me caiga la ultima hoja de vida,
ya más parda que exclamando el intenso verde de los veintitantos.

Cual carruseles,
puñados de estaciones,
pasaron una y otra vez por mi,
y por mi entorno, repetidamente.
Entregándole forma a lo que hoy crees que soy,
lo que incluso yo,
rotundo y definitivo, afirmaría ser.

Resabido tengo que me amas,
de un modo que alardea de mímica
si tomamos mi manera de querer de referente.
Es decir,
que aun conociéndote las telarañas,
y siendo completo desconocedor, literalmente,
de como cada segundo te ha tallado:
Alojándote ese sentir,
o dándole atractivo a tu cintura,
admiro y acepto lo que tú ,
como un todo,
como poesía con apellido y nombre,
me haces sentir a mi,
como un tuyo, eternamente mío.


Rubén G.Barreiro

miércoles, 2 de abril de 2014

Espectro

No soy quien dices.
No soy esa nota arrugada,
ya con el torso añejo
que rauda y ruda, se intercala entre músicas ya maduras.

No soy yo ese que dices.
No si me llevas a tu boca como agua estancada,
ya sin onda,ni risueño reflejo,
sin piedra que eleve los ríos hasta los flecos de tu cintura.

No soy quien dices. No.
No todo, mas apenas nada,
si mi delito fue esperarte sin la envoltura de un esperencejo,
en la cercanía de la distancia,tu palabra surge dura.

No soy quien dices,
rayo que cautiva en el horizonte,
que mata de la mano,por lo que entretejo
las luces del ya delirante invierno
con mis manos sobre una tierra oscura.


Rubén G.Barreiro






lunes, 31 de marzo de 2014

Besarte versos



El destino,impregnando con finas plumas color,
sutilmente sobre un gris cotidiano,
o para que se entienda; cuán gris fue mi vida,
rompió dulcemente en tres azules.
Dos de ellos con sueño, niebla y humo,
azules más tibios y amaderados que el de sus ojos vivos,
peinados por un aura que rumoreaba mi anhelo por su existencia.
Paradójicamente,
yo aun apuntaba a su espalda con los míos,
cargados de vísceras y de aromas
que no entienden de demonios.
A propósito de mis ojos,también la beso con ellos,
furtivo, observo la poética relación entre sus huellas y sus pies
cortando el presente del pasado sobre la arena,
los paseo hasta por el último afluente o hilillo que cabe en sus manos.

Rubén G.Barreiro