lunes, 31 de mayo de 2010

Y sin embargo a veces.


Por haber amanecido un día más en sus pupilas,
solo y tanto por ello
sin dudar dejaría a esta misma noche muerta de sueño.
Por confundirme y extremecer la razón,
el cauce juvenil,entusiasta y vital de su cuerpo y mi cuerpo,
por leer este amor entre líneas
cuando en noches como ésta irrumpe el recuerdo.
Por el entrar,el entre y el angustioso mes de despedida,
todo sabe que te amé,y aún a ratos te amo de verdad todavía,
incluso si lo silbo de mentira.
Mas no adorno demasiado un amor que por si solo adornó,
ya seco y sin brillo estirado en un balcón,
el balcón donde no es tu olvido un sinónimo de mi adiós.


Rubén G.Barreiro

domingo, 30 de mayo de 2010

En la miseria


Cuantas gargantas más tendrán que romperse,
pintineando hambre sobre plazas de un rojo grave.
Cuantas veces diré,que veníamos a lo que íbamos
aún con el alma de jóvenes pajarillos,
recogiendo una dignidad que hogar fue de cuervos,
que desgarrada y descompuesta se nos devolvió,
como el hilo que rompe entre parpadeo y muerte,
despedida y puerta, o el número cuatro y una silla.
Muchas campanas han de sonar en la mañana,
en la noche el rumor del miedo.


Rubén G.Barreiro

sábado, 29 de mayo de 2010

Realidad


Cuando realmente tomé constancia de mi existencia,
sufrí lo suyo,reí lo mío.
Me morí mucho,tantas veces como nací.
Un cuello era el camino de mis pensares,
una bufanda el río
y yo tan solo un soñador romántico
deshilachando el sentido.
Indeciso, como cuando salen a bailar las monedas,
como una razón firme que enseña las vergüenzas.


Rubén G.Barreiro

viernes, 21 de mayo de 2010

Amor amor


Amor amor,tú que mueves los trenes,
que al cuerdo vuelves enloquecido
¿Quien si no tu la causa de males y bienes?
Mas si vienes no te vayas amor mío.
Amor amor,dulce entre todas las mieles,
siempre tan cálido y a tu vez tan frío:
Pues tan rosa surges en el presente
que guardas una espina para tu olvido.
Amor amor,tú que paseas mientras llueve,
marcando el paso por los mil y un caminos...
Que tanto alivias,que tanto dueles,
que tanto te añoro desde que te has ido.


Rubén G.Barreiro

jueves, 20 de mayo de 2010

Revuelta reflexión


Supongo que soy uno de esos locos,
pero no un loco de esos graciosos,un loco de feria como yo digo.
También supongo,que si fuera otro "cuerdo",
pasaría por la vida como un río vacío:
Sin ruido ni voz;sin espíritu.
Veo entre calles,entre ciudades,países e incluso continentes,
multitudes de gente moviéndose demasiado rápido,como si supieran muy bien hacia donde van.
¡Como si hubieran vivido ya antes!
Que complejo resulta,
que impotencia arrojar piedras al sol y no romperlo.
Que comodidad la del incómodo que descansa en piedra,
que desgracia la del cómodo que ni en cama su sed sacia.

(Respiro hondo)

No es para cualquiera vivir como nadie,
aunque nadie no signifique nada,ni todo: don.
Lo que quiera que sea pasa y cambia,se asemeja
y donde viste monja,jamón.


Rubén G.Barreiro

domingo, 16 de mayo de 2010

Para que yo me llame Ángel González.


Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...


Ángel González

martes, 11 de mayo de 2010

Alma


Lo que yo busco,
anida en la espalda de una cascada,
o en el ruido del agua sobre la roca.
Lo que yo busco,
es una orilla de sonido limpio,reconfortante,
bajo un silencioso sol de bronce.

Rubén G.Barreiro