domingo, 30 de mayo de 2010

En la miseria


Cuantas gargantas más tendrán que romperse,
pintineando hambre sobre plazas de un rojo grave.
Cuantas veces diré,que veníamos a lo que íbamos
aún con el alma de jóvenes pajarillos,
recogiendo una dignidad que hogar fue de cuervos,
que desgarrada y descompuesta se nos devolvió,
como el hilo que rompe entre parpadeo y muerte,
despedida y puerta, o el número cuatro y una silla.
Muchas campanas han de sonar en la mañana,
en la noche el rumor del miedo.


Rubén G.Barreiro

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