lunes, 15 de marzo de 2010

Sucede que nada


No somos más que nada,
resina en el tiempo.
Faldas para una vida que poco importa,
a veces amarilla febril,
verde oliva,en ocasiones desnuda,
repleta de silbidos
moldeando las velas,anidando el alma.
Pasajeros al tren,
tren que como una ola rompe
y hombres de corazón espumoso con ella desaparecen
fundidos al todo,a la nada,
pues que somos si no que el olvido,
cenizas en los zapatos,indeseados hijos de Dios.


Rubén G. Barreiro

2 comentarios:

  1. me gusta lo que escribes! suena sincero, incluso un tanto autobiografico
    profundo en cualquier caso:)

    ResponderEliminar
  2. Suena bastante melancólico y nostálgico, me gusta :)
    Y la imagen es bastante curiosa.

    ResponderEliminar