jueves, 31 de diciembre de 2009

Mientras el viento


Sacude,
armoniza con la nostalgia de aquel que añora
fundido al olvido.
Saliva y lágrimas,
en cada lugar, se sientan en cada silla,
hasta en el último neón de la ciudad también una sonrisa,
sensación y pasión,libertad en el cajón de la mesilla.
Incluso en la locura extrema ,se rozan las venas de la razón,
o eso quiero creer para cuando no pueda verme la cabeza.
Sale el corazón de un pecho,puede que cruzando el estrecho
y ya ha nacido Miguel.
¡Pero y que!
¡Si cosemos rotos!, ¡nos cargamos sueños!
Señalamos al cafre y tomamos café
mientras sigue soplando el viento.


Rubén G.Barreiro

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